jueves, 22 de mayo de 2014

Consciencia Crística, 2da parte

Consciencia Crística 2da parte, apuntes  del libro la 2da venida de Cristo por Paramahansa Yogananda.
A la luz de este entendimiento y sean las circunstancias que atravesemos en este mundo, sentimos nuestra conexión con el Espíritu Universal y percibimos que la vasta Inteligencia del Ser Absoluto, opera en todas las relatividades de la naturaleza.
Todo aquel que crea en esa inteligencia (el Cristo) y se concentre en ella en vez de enfocarse en sus productos (las creaciones externas) encontrara la redención.
Pensar que el Señor condena a los no creyentes como pecadores, es una incongruencia. Dado que quien mora en todos los seres, es el Señor mismo, la condenación sería algo totalmente contraproducente. Dios jamás castiga al hombre por no creer en Él; es el hombre quien se castiga a sí mismo.      Si uno no cree en la dinamo (maquina destinada a crear electricidad) y corta los cables que conecta su casa a esa fuente de energía, se privará de las ventajas que le brinda la electricidad. De modo similar, ignorar la inteligencia que se halla omnipresente en la creación entera, es negar a la conciencia, su vinculo con la fuente de la sabiduría y el amor divinos que ponen en movimiento el proceso de ascensión.
El reconocimiento de la inmanencia (unidad de forma inseparable) de Dios, puede comenzar de un modo tan simple, como los es la expansión de nuestro amor, a fin de abarcar un circulo cada vez más amplio
El proceso de expansión es parte inherente de la evolución de la naturaleza y del hombre, en su camino de regreso hacia Dios.
Aquel que se desvincula de la felicidad y el bienestar de los demás, se ha condenado ya a la sí mismo, queda aislado de la divinidad que impregna todas las Almas, puesto que quien "no" se expande en el amor y el servicio a Dios, que se hace a través del amor y servicio al prójimo, desprecia el poder redentor de la conexión con la universalidad de la consciencia crística.
Todos los seres humanos están dotados del poder de hacer el bien; si no utiliza esta cualidad, su nivel de evolución espiritual es apenas superior al egoísmo instintivo de los animales.
El amor puro de los corazones humanos, irradia su amor, mismo que se expande paulatinamente, abarcando a todos los seres humanos, esto hará que la consciencia del hombre se sintonice con la Consciencia Crística.
Sólo Dios, en la forma del Cristo Omnipresente, es el responsable de todas las experiencias de la vida, muchas veces la apariencia caótica cuando se manifiesta en los conflictos y las contradicciones, han sido creadas por la inteligencia de Dios no para engañar a los seres humanos ni causarle infortunio, sino con el propósito de alentarlos a buscar el infinito del cual surgio. Aquel que no mira las partes sino el conjunto puede discernir cuál es el objetivo de la creación: avanzar inexorablemente, sin excepciones, hacia la salvación universal. Todos los ríos fluyen hacia el océano, y los ríos de nuestras vidas fluyen hacia Dios.
A eso se refirió Jesús por "condenación"; al separarse de Dios, el ser humano apegado al cuerpo se condena a sí mismo; para obtener la salvación, debe volver a percibir su inseparable unidad con la Inmanencia Divina.
La creencia es una primera etapa del progreso espiritual necesaria para dar acogida al concepto de Dios. Sin embargo, este concepto debe transformarse en convicción y en experiencia.
La creencia es precursora de la convicción: es preciso  creer en la posibilidad de algo para investigarlo imparcialmente.
Pero si nos damos  por satisfecho tan sólo con las creencias, éstas se convierten en dogma - estrechez mental -, lo cual obstaculiza la búsqueda de la verdad y el progreso espiritual.
Hay que cultivar en la tierra de la creencia los frutos de la experiencia directa de Dios y del contacto con Él.

Es este conocimiento incontrovertible y no la mera creencia lo que brinda la síntoma con la consciencia Crística.

1 comentario:

  1. Gracias Dr. Jose Luis por todas sus conversaciones con nosotros.Que Dios lo colme de bendiciones. Isabel

    ResponderEliminar