1.
Me siento dentro de mí mismo, no salgo de mi
interior a ningún lugar.
2.
Nos concentramos en los latidos del corazón y
oímos su palpitar por unos minutos.
3.
Nos sentamos cómodamente apoyando bien los pies
sobre el suelo, nuestra manos colocadas
sobre las piernas plácidamente, nuestra columna vertebral derecha, aunque no
toquemos el espaldar, que es aún mejor para mantenernos bien erguidos y nos
quedamos atentos en el aquí y el ahora.
4.
Vamos a respirar ahora 5 veces concentrándonos en
la inhalación y en la exhalación, observando cómo nuestro cuerpo se mueve al
inhalar y al exhalar, sin perder la concentración en el ingreso o expulsión del
aire.
5.
Ahora llevamos nuestra atención a los pies y
visualizamos cómo comienza a llenarse de luz. dejamos que esto se complete en
todos los dedos de ambos pies y se conviertan en pura luz radiante.
6.
Continuamos con la planta de cada pie, vemos
como se van transformando en energía luminosa; un pie primero y el otro a
continuación. Ahora verificamos que ambos pies y dedos estén totalmente
luminosos.
7.
Seguimos con la parte superior de nuestros pies
hasta el tobillo; primero un pie se llena de luz y después el otro. Luego
continuamos con las piernas hasta las rodillas, una cada vez, hasta que se
impregnan también de pura luz. Y, aprovechamos para que esa luz vaya sanando
cualquier circunstancia inarmónica.
8.
Continuamos con las piernas hasta el canal
inguinal, con una pierna primero y después la otra, hasta que se vuelven
completamente luminosas, llenas de luz.
9.
Sólo vemos nuestro cuerpo sin luz aún, desde las
caderas hasta la cabeza. El resto es pura luz. Ahora se convierten en luz nuestro
órganos sexuales, nuestras cadera y todos los órganos internos que están localizados
en la región pélvica, vejiga, útero o
próstata, quedan plenamente iluminados.
10. Ahora
seguimos con la parte superior de nuestro cuerpo desde la cintura pelvica hasta
los hombros, vemos como la luz empieza subir gradualmente impregnando todas
nuestras células, nuestros átomos, nuestras moléculas y se van llenado de luz
incluyendo los órganos internos, el los intestinos, el colon, estómago, el
hígado, el páncreas, el corazón, el bazo, los riñones, los pulmones y todos los
órganos quedan totalmente repletos de luz.
11. De
la misma manera realizamos la práctica, con el brazo izquierdo, desde el hombro
bajamos nuestra atención inundando de luz el brazo hasta la punta de los dedos.
Continuamos con el brazo derecho llenándolo también de luz divina, de luz del
propio Ser, hasta los dedos. Proseguimos con el cuello, empezamos a
transformarlo en pura luz en la parte de adelante y yendo hacia la parte de
atrás, hasta la base de nuestro cerebro.
12. Continuamos con la cara, la cual llenamos de
luz, luego la barbilla o mentón, los labios, pómulos, ojos, las cejas, la
frente y el cuero cabelludo.
13. El
cerebro se vuelve pura luz radiante, el pelo también y ahora podemos ver
internamente que somos un ser de pura luz.
14. Ahora
que estamos convertidos en pura luz, vamos
sentir la presencia del Real Ser que traspasa todo nuestro cuerpo, que
nos llena de felicidad y de armonía, que nos hace vibrar plenamente, y nos
impregna de energía, vida y salud.
15. Observamos
a nuestro alrededor nuestro campo áurico, que en forma de dodecaedro.
16. Dodecaedro
que existe para interconectarte a ti con la madre tierra.
17. A
través del dodecaedro eres capaz de captar el Ki, mismo que fluye desde el
corazón de la madre tierra y llena con energía renovadora todas las estructura
de tu cuerpo, permitiendo con ello renovar su fuerza y vitalidad día con día.
18. Meditante
debes ser consciente de esta energía y permitir que impregne todo tu cuerpo con
su fuerza renovador.
19. Observa
y enfoca tu atención en esta acto del paso de la fuerza de madre tierra al
interior de ti.
20. Meditante
el estrés crónico y sostenido impide que se realice esta acto de pureza que
debe ocurrir en ti todos los días.
21. Llena
cada espacio, cada parte , cada rincón de tu cuerpo y de tu dodecaedro con la
energía del ki.
22. Una
vez que hallas logrado este cometido, da la orden que ti fluya el ki impregnado
todo lo que hay en tu alrededor, que lo purifique y renueva.
23. Expande
mas tu dodecaedro y abarca toda la ciudad.
24. Abarca
mas tu dodecaedro y abarca todo tu estado
25. Abarca
mas tu dodecaedro y abarca todo el país.
26. Tu
intención es de renovación y de cambio, que las anteriores fuerza diluyan su
ímpetu y el ki renovado que emana de tu dodecaedros y de todo tus hermanas y
hermanas, impregne al país de trasformación y profunda armonía entre todo lo
habitantes de esta hermosa tierra.
27. Que
así sea cantan los coros de Ángeles.
28. Así
será afirma los seres aquí presente.
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