lunes, 1 de mayo de 2017

El Dodecaedro de la Transformación


1.    Me siento dentro de mí mismo, no salgo de mi interior a ningún lugar.
2.    Nos concentramos en los latidos del corazón y oímos su palpitar por unos minutos.
3.    Nos sentamos cómodamente apoyando bien los pies sobre el suelo,  nuestra manos colocadas sobre las piernas plácidamente, nuestra columna vertebral derecha, aunque no toquemos el espaldar, que es aún mejor para mantenernos bien erguidos y nos quedamos atentos en el aquí y el ahora.
4.    Vamos a respirar ahora 5 veces concentrándonos en la inhalación y en la exhalación, observando cómo nuestro cuerpo se mueve al inhalar y al exhalar, sin perder la concentración en el ingreso o expulsión del aire.
5.    Ahora llevamos nuestra atención a los pies y visualizamos cómo comienza a llenarse de luz. dejamos que esto se complete en todos los dedos de ambos pies y se conviertan en pura luz radiante.
6.    Continuamos con la planta de cada pie, vemos como se van transformando en energía luminosa; un pie primero y el otro a continuación. Ahora verificamos que ambos pies y dedos estén totalmente luminosos.
7.    Seguimos con la parte superior de nuestros pies hasta el tobillo; primero un pie se llena de luz y después el otro. Luego continuamos con las piernas hasta las rodillas, una cada vez, hasta que se impregnan también de pura luz. Y, aprovechamos para que esa luz vaya sanando cualquier circunstancia inarmónica.
8.    Continuamos con las piernas hasta el canal inguinal, con una pierna primero y después la otra, hasta que se vuelven completamente luminosas, llenas de luz.
9.    Sólo vemos nuestro cuerpo sin luz aún, desde las caderas hasta la cabeza. El resto es pura luz. Ahora se convierten en luz nuestro órganos sexuales, nuestras cadera y todos los órganos internos que están localizados en la región pélvica, vejiga,  útero o próstata, quedan plenamente iluminados.
10. Ahora seguimos con la parte superior de nuestro cuerpo desde la cintura pelvica hasta los hombros, vemos como la luz empieza subir gradualmente impregnando todas nuestras células, nuestros átomos, nuestras moléculas y se van llenado de luz incluyendo los órganos internos, el los intestinos, el colon, estómago, el hígado, el páncreas, el corazón, el bazo, los riñones, los pulmones y todos los órganos quedan totalmente repletos de luz.
11. De la misma manera realizamos la práctica, con el brazo izquierdo, desde el hombro bajamos nuestra atención inundando de luz el brazo hasta la punta de los dedos. Continuamos con el brazo derecho llenándolo también de luz divina, de luz del propio Ser, hasta los dedos. Proseguimos con el cuello, empezamos a transformarlo en pura luz en la parte de adelante y yendo hacia la parte de atrás, hasta la base de nuestro cerebro.
12.  Continuamos con la cara, la cual llenamos de luz, luego la barbilla o mentón, los labios, pómulos, ojos, las cejas, la frente y el cuero cabelludo.
13. El cerebro se vuelve pura luz radiante, el pelo también y ahora podemos ver internamente que somos un ser de pura luz.
14. Ahora que estamos convertidos en pura luz, vamos  sentir la presencia del Real Ser que traspasa todo nuestro cuerpo, que nos llena de felicidad y de armonía, que nos hace vibrar plenamente, y nos impregna de energía, vida y salud.
15. Observamos a nuestro alrededor nuestro campo áurico, que en forma de dodecaedro.
16. Dodecaedro que existe para interconectarte a ti con la madre tierra.
17. A través del dodecaedro eres capaz de captar el Ki, mismo que fluye desde el corazón de la madre tierra y llena con energía renovadora todas las estructura de tu cuerpo, permitiendo con ello renovar su fuerza y vitalidad día con día.
18. Meditante debes ser consciente de esta energía y permitir que impregne todo tu cuerpo con su fuerza renovador.
19. Observa y enfoca tu atención en esta acto del paso de la fuerza de madre tierra al interior de ti.
20. Meditante el estrés crónico y sostenido impide que se realice esta acto de pureza que debe ocurrir en ti todos los días.
21. Llena cada espacio, cada parte , cada rincón de tu cuerpo y de tu dodecaedro con la energía del ki.
22. Una vez que hallas logrado este cometido, da la orden que ti fluya el ki impregnado todo lo que hay en tu alrededor, que lo purifique y renueva.
23. Expande mas tu dodecaedro y abarca toda la ciudad.
24. Abarca mas tu dodecaedro y abarca todo tu estado
25. Abarca mas tu dodecaedro y abarca todo el país.
26. Tu intención es de renovación y de cambio, que las anteriores fuerza diluyan su ímpetu y el ki renovado que emana de tu dodecaedros y de todo tus hermanas y hermanas, impregne al país de trasformación y profunda armonía entre todo lo habitantes de esta hermosa tierra.
27. Que así sea cantan los coros de Ángeles.
28. Así será afirma los seres aquí presente.








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